Sabemos que la crianza lo es todo menos fácil
Ser padres en un mundo globalizado es un desafío para cualquiera. Es un camino lleno de retos y también, de muchos aprendizajes.
Los padres de hoy necesitan apoyo y estrategias que les ayuden a encontrar métodos más eficaces, respetuosos y prácticos que les permitan abordar el mal comportamiento desde una mirada distinta sin tener que usar métodos punitivos.
Educando en valores y enseñando habilidades para la vida, al mismo tiempo que se fortalecen los vínculos sin tener que usar chantajes, premios ni castigos.
Soy Romina Troiano, educadora y afortunada madre de dos hijas excepcionales. A lo largo de su desarrollo, me fuí enfrentado a diversos retos y desafíos. Y fue así, que en búsqueda de soluciones que me brindaran una orientación en su crianza, encontré la Disciplina Positiva. Esta filosofía de vida, crianza y enseñanza no sólo me ha transformado a nivel personal, sino también en mi ámbito profesional.
Estoy Certificada en Disciplina Positiva en el Aula, en la Familia y en la Primera Infancia, pertenezco a la PDA (Positive Discipline Association) y a la ADPE (Asociación de Disciplina Positiva España). Es un verdadero placer para mí liderar la difusión de la Disciplina Positiva. A través de esta filosofía, tenemos la oportunidad de sembrar en nuestros niños los nacimientos de una sociedad más armoniosa y respetuosa.
Imparto cursos de Disciplina Positiva y conferencias centradas en este tema. Estas sesiones están dirigidas a padres, educadores, profesionales e instituciones que deseen adquirir conocimientos acerca de los principios, programas y herramientas ofrecidos por la Disciplina Positiva.
Además, soy Directora General de Teachers United un programa educativo bilingüe que creé con el objetivo de brindar apoyo a aquellas familias que deciden educar en el hogar, homeschooling.
La Disciplina Positiva constituye un enfoque educativo que nos permite comprender las conductas infantiles y orientar su desarrollo de manera positiva, afectuosa, respetuosa y firme, al mismo tiempo.
Esta metodología se fundamenta en la comunicación, el afecto, la comprensión y la empatía, con el propósito de fomentar relaciones familiares enriquecedoras. Además, proporciona a los padres y educadores herramientas para comprender las conductas de sus hijos, inclusive cuando estas no son apropiadas, permitiéndoles redirigirlas con respeto y sin recurrir a luchas de poder.
La disciplina positiva se basa en el respeto mutuo y la empatía hacia los niños. Los adultos reconocen y validan las emociones de los niños, tratándolos con dignidad y considerando sus perspectivas.
En lugar de castigar o reprender, la disciplina positiva se centra en enseñar a los niños habilidades sociales adecuadas y alternativas positivas para resolver conflictos.
Aunque la disciplina positiva promueve un enfoque respetuoso, también establece límites claros y expectativas adecuadas para el comportamiento, ayudando así a los niños a aprender de sus acciones.
Los adultos desempeñan un papel fundamental al modelar un comportamiento positivo. En lugar de imponer reglas sin justificación, se espera que los adultos muestren a los niños cómo comportarse de manera respetuosa y amable.
Se les da a los niños la oportunidad de participar en la toma de decisiones, asumir responsabilidades y enfrentar las consecuencias de sus acciones. Esto ayuda a desarrollar su autoestima, confianza en sí mismos y habilidades de autorregulación.
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Te invito a construir puentes de respeto y aprendizaje en las relaciones familiares.